Kit de tarros de cobre con popote

Bulmaro y Hermilo, artesanos michoacanos de 59 y 43 años, respectivamente. Hermilo comenzó a trabajar en el taller familiar dando brillo a las piezas artesanales que se creaban. Luego, empezó a elaborar miniaturas de tubo hasta que cumplió 20 años de edad, momento en el que su atención fue atraída por la joyería en cobre, la cual trabajó por un tiempo. A la fecha, él y Bulmaro elaboran termos, tazas, vasos tequileros, pocillos y algunos trabajos especiales que les son solicitados.

El cobre que se utiliza para elaborar estas piezas proviene de desechos industriales, los cuales se reciclan y se funden a altas temperaturas hasta que se hacen líquido para purificarlos de otros metales. De este líquido, se hacen placas de diferentes calibres. Cada placa se introduce a un horno a 150° centígrados y tras este proceso, es enfriada en agua para darle el calibre deseado según la pieza que se desea elaborar. Es el momento en el que el artesano da vuelo a su imaginación y crea su obra con herramientas rudimentarias: al rito del martillado, con fuerza y coordinación, la artesanía va naciendo. Su tiempo de elaboración es de 4 a 5 horas cada pieza. Santa Clara del Cobre es el único lugar en el mundo donde prevalece la técnica del martillado en cobre.