La joyería wixárika o huichol quizá sea una de las más conocidas y difundidas en el país. Las chaquiras multicolores, que reemplazaron a semillas, piedras y conchas que antiguamente eran utilizados, son inconfundibles y se usan para crear una amplia variedad de accesorios.
Dependiendo del artículo que se elabore, los artesanos de esta comunidad indígena (habitan en el Centro-Oeste de México, en la Sierra Madre Occidental, donde convergen los estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Durango) tardan de una a dos semanas en unir las coloridas cuentas, ayudados solamente de aguja e hilo, que se transformarán en aretes, dijes, collares, anillos, pulseras y brazaletes.
Colores y formas con significado
Con paciencia, cuidado y concentración, los huicholes van creando una infinidad de formas que reflejan su amor por la tierra y por todo aquello que da vida. Sus símbolos van de una amplia cantidad de motivos geométricos que aparecen dispuestos en grecas hasta representaciones de la naturaleza: flores, frutos, plantas y, por supuesto, el peyote (que sólo utilizan con fines rituales). Además se aprecia una larga lista de animales: venados, tigres, pumas, perros, ardillas, caballos, toros, águilas, serpientes, pavos, urracas, colibríes, ranas, cangrejos, camarones, alacranes, mariposas, ciempiés, saltamontes y otros más.
Todos estos símbolos hablan acerca de su cosmovisión, la cual considera que el hombre debe de colaborar con las deidades para mantener el orden cósmico: la alternancia del día y la noche, así como la temporada de lluvias y de secas. En otras palabras, la vida sobre la Tierra.
Esta importancia de la naturaleza, de preservarla y de mantenerla en equilibrio se hace más notoria al conocer los significados que ciertos símbolos tienen. Por ejemplo, el venado representa la encarnación de la bondad; el águila, el sostén del mundo; la serpiente, la lluvia, el rayo o el movimiento; las flores, solicitudes de lluvia y de vida; los bules, el agua; los eslabones representan al Dios del Fuego; y las líneas quebradas, el relámpago. Por supuesto, en muchas de sus obras también rescatan sus mitos cosmogónicos.
Otra de las formas que es muy representada, además del peyote, es el Ojo de Dios, un símbolo de poder y protección que forma parte del mundo espiritual de la cultura wixárika y es el medio por el cual el dios Kauyumari (el venado azul) ve y comprende los misterios del mundo. Representa los 5 puntos cardinales: Norte, Sur, Este, Oeste y el Centro (donde todo comienza); y sus colores también tienen un significado: el azul es el color de la lluvia; el rojo es la vida de dios en el oriente, zona donde se encuentra el dios peyote; y el morado simboliza la vida del ser humano.
La belleza y colorido de estas creaciones son el reflejo del alma de un pueblo y la base de su economía, ya que muchos artesanos wixaritari (plural de wixárica) tienen como única forma de sustento la elaboración de piezas artesanales con chaquira.
A pesar del valor comercial que les dan, cada pieza es una ofrenda que refleja su apreciación por la naturaleza y es una forma de comunicarse con sus dioses. Por eso, muchos artesanos huicholes rezan durante la elaboración de su obra.
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