México es un país con una riqueza cultural extraordinaria. De un rincón a otro, se pueden apreciar rasgos, tangibles o intangibles, de esa vastedad cultural. Las artesanías forman parte de ella y el artesano(a) es el encargado de hacer realidad esta expresión cultural que tan bien nos representa como país.
Te compartimos un poco sobre algunos de los artesanos que están presentes en Chiquearte.
Este artesano queretano trabaja la cantera y el mármol desde los 14 años de edad. Ha tenido la oportunidad de realizar trabajos dentro y fuera del país. Disfruta mucho de innovar, por eso año con año aprende a realizar nuevos productos y busca mejorar sus técnicas. Para él, es sumamente importante ofrecer a sus clientes productos de calidad que tengan una larga vida útil y que se ajusten a sus gustos y necesidades. Cada pieza artesanal que produce le lleva de 6 a 8 horas de elaboración.
Como parte de la comunidad wixárika establecida en Jalisco, Angélica lleva ya 25 años de su vida dedicándose a la elaboración de joyería con chaquira. El tiempo que dedica a la creación de cada pieza varía según el tamaño, pero va de 1 día (para hacer un anillo) a 2 semanas (para hacer un collar grande, por ejemplo).
Angélica creó la marca Maxa Kwaxi con el objetivo de dar a conocer su cultura a través de su arte. Ella y su familia están completamente decididos a continuar con la tradición de crear estas piezas -aretes, collares, pulseras, anillos- debido al amor por sus raíces y por el deseo de dejar a sus descendientes un legado.
René es un artesano veracruzano de 50 años de edad, que ya tiene 10 años de experiencia elaborando este tipo de artesanías. Tarda un día en elaborar una sola bolsa de plástico 100% reciclado. La venta de sus productos es el sustento de su familia, que lo apoya con diferentes actividades para lograr la comercialización de las piezas. Además de bolsas, crea canastos, carteras, mariconeras, entre otros artículos. Si bien es su medio de sustento, este trabajo también lo realiza por amor a México.
Los seris o comcáac, palabra que en su lengua significa “la gente”, son un pueblo indígena del norte de México, que siempre ha vivido de forma nómada. Actualmente, se sustentan de la pesca, la recolección de semillas en el desierto y la fabricación de artesanías.
Las coritas son una de las piezas artesanales que se dedican a elaborar las mujeres seris, quienes fabrican estas canastas en periodos que van de un mes hasta más de un año, según el tamaño de la artesanía.
Las coritas son elaboradas a partir de las ramas de un arbusto conocido torote prieto. Tras recolectar las ramas que necesitarán, las mujeres seris las tateman y las desgarran para crear fibras que serán tejidas. Para teñirlas, utilizan materiales naturales como flores, granada, raíces, corteza de árboles, etc. El tejido de la pieza lo hacen solamente con sus manos y un hueso de venado afilado que usan como punzón.
Además de las coritas, los seris, principalmente los hombres, crean figuras de animales con la madera de palo fierro, la cual es considerada como una de las más duras.
Tiburones, pescados de distintos tipos, víboras, correcaminos, coyotes, mantarrayas, tortugas, ballenas, borregos cimarrones, ranas, focas… son esculpidos en un periodo de 1 a 3 días, dependiendo del tamaño de la pieza.
Los seris salen a caminar al monte para buscar el palo fierro, el cual cada vez es más difícil de conseguir debido a que sufrió de sobrexplotación al ser utilizado como leña. Tras horas de caminata, lo hallan y cortan con un hacha solo la madera que necesitan (escogen árboles que están secos). Con cuchillos o machetes cortos dan la forma a la madera. Después, con una escofina, perfilan la pieza y la liman para dejarla aún más fina. Por último, lijan para dar brillo.
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