Los artesanos mexicanos son los encargados de materializar, mediante la creación de una pieza artesanal, la cosmovisión de todo un pueblo. Asimismo, son quienes conocen y mantienen vivas técnicas milenarias, las cuales transmiten a generaciones más jóvenes.
Su creatividad, habilidad manual, dedicación y amor por sus tradiciones hacen posible que los colores, formas, materiales y diseños que caracterizan a las artesanías permanezcan a pesar del paso del tiempo.
Aquí te compartimos un poco de la historia de 5 artesanos que viven y desarrollan su trabajo en el sur de México.
Bolsas de henequén
Las manos de Minelia son las encargadas de estas creaciones. Ella, como muchos otros artesanos, aprendió la técnica desde que era niña, sus padres fueron quienes le enseñaron. Sin embargo, abandonó la idea de continuar el trabajo artesanal porque no estaba muy segura de querer hacer eso durante toda su vida…
Minelia se empleó en la industria textil de Yucatán, de donde es originaria, pero pronto el sueldo bajo y las dificultades de traslado de su comunidad a la capital yucateca la hicieron replantearse su camino. Ahí fue cuando decidió retomar aquello que sus padres le habían enseñado.
Ahora es una artesana reconocida. Ha ganado varios premios y ha sido invitadas a múltiples expos o ferias, en las que siempre vende sus productos.
Guadalupe (tallado de cuerno)
Desde niño, Guadalupe aprendió el arte de tallar cuerno y hueso. Ahora, es un artesano campechano que ha ganado varios reconocimientos por su trabajo y ya está transmitiendo su conocimiento a su hijo de 8 años, quien también ya ha ganado algunos premios.
Para comenzar a realizar sus artesanías, Guadalupe debe limpiar el cuerno, es decir, hay que sacarle los restos de carne que aún tiene. Tras este paso, durante el cual se percibe un olor desagradable, el material se talla con diferentes tipos de herramientas, lo que hace que se desprenda bastante polvo; para terminar, se detalla y pule. El artesano nos explica que, a diferencia de otros, él prefiere usar instrumentos rudimentarios, que a veces él mismo fabrica, como taladros con hilo y poleas. “Así estoy acostumbrado a trabajar, así aprendí”.
Comunidad náhuatl de Guerrero (bolsas de palma)
Las artesanas encargadas de hacer estas bolsas de palma son oriundas de la comunidad náhuatl del estado de Guerrero. Ellas aprenden a manejar la palma desde muy temprana edad, lo cual les permite generar ingresos que sirven como fuente de manutención para sus familias.
Tanto hombres como mujeres de la comunidad, salen a las cinco de la mañana a cortar la palma; este proceso también es muy cuidado, pues se debe hacer el corte adecuado para que la planta siga creciendo posteriormente. Para que esta materia prima pueda ser utilizada para tejer, debe ser sometida a un proceso previo que lleva alrededor de 10 días: la palma tierna se desmenuza, se cuece y se seca al sol por varios días. Es necesario que la palma quede blanca para iniciar el trabajo y poder teñirla (si así se quiere). La pintura que se utiliza es anilina, pero también puede ser pintada con colores naturales como café, jamaica y otros.
Eliodoro (sombreros jipijapa)
El pequeño pueblo de Bécal, en Campeche, es reconocido por el trabajo de la palma jipijapa, que es tejida para crear sombreros, artículos de cocina y decorativos, etc. Así que, como muchos otros de esta comunidad, la familia de Eliodoro fabrica y comercializa sombreros jipijapa. Sin embargo, a ellos los distingue la formalidad y buena atención que dan a sus clientes.
Esta familia cuenta con su propio campo de palmas jipijapa y han transformado su hogar en todo un taller de elaboración de artesanías. Ahí llevan a cabo todo el proceso que les permite tejer la palma: la calientan, secan y tiñen. Luego, la llevan a la cueva de piedra caliza para empezar a crear el sombrero, este paso es sumamente necesario que se haga de esta forma debido a que la humedad de la cueva mantiene la flexibilidad de las fibras y permite trabajarlas mucho mejor. Al final, colocan el tejido en una plancha que le dará la forma al sombrero.
Los sombreros de la familia de Eliodoro son de gran calidad, tanta que han logrado venderlos en el extranjero en varias ocasiones.
María, Débora y Juana (bolsas macramé)
Estas bolsas son elaboradas por un grupo de artesanas de Chiapas. Algunos de ellos se dedican a tejer la bolsa en sí, mientras que otros desarrollan el tejido de las asas. Ellas utilizan hilo de algodón y realizan un trabajo totalmente a mano. Se denomina macramé a la técnica de crear tejidos usando nudos decorativos.
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